El día de muertos es una de las festividades más importantes de México, mientras en muchos países se honra y venera a la muerte, en nuestro país se le rinde un respeto que en ningún otro país se ve. 

Esta festividad tiene origen hace más de 500 años, la cual ha ido variando con el paso de los años, empezando por la unión de tradiciones en la cultura prehispánica y católica, dando el resultado de la celebración que conocemos ahora.

Aunque cada región mexicana tiene sus propias tradiciones, todas comparten algo en común: el altar de muertos, al cual no le puede faltar los pétalos de cempasúchil, las velas, el papel picado y la comida, como el pan de muerto.

El pan de muerto y su significado

Este último elemento también sufrió sus cambios a través de tiempo, siendo primero un corazón o pan de amaranto mezclado con sangre, con la llegada de los españoles se erradicó y transformó al pan de muerto de amaranto o azúcar.

Aunque por más que evolucione este manjar, su significado sigue siendo tan especial como su origen, su forma circular representa el montículo de tierra que cubre al difunto, mientras que la bolita superior simboliza el cráneo o el ciclo de la vida y la muerte, las cuatro canillas hacen alusión a los cuatro rumbos del universo y a los huesos.